Tuesday, September 21

1q84


Una diminuta araña negra estaba allí agarrada, esperando paciente a que alguna presa pequeña se le acercara. Sin embargo, para la araña no existía la noción de paciencia. Como araña, no poseía ninguna otra habilidad especial más que extender telas, y no tenía ninguna otra opción de vida que no fuera quedarse allí quieta. Detenerse en un lugar, esperar a una presa, consumir su vida, morirse y desecarse. Todo se había predeterminado genéticamente. No había cabida para la indecisión, la desesperación o el arrepentimiento. Tampoco para la duda metafísica o el conflicto moral. Tal vez. "Pero no es mi caso".

Haruki Murakami