Tuesday, March 29

Pequeño infierno


Me da la impresión de que la envidia no tiene nada que ver con las circunstancias reales u objetivas. Quiero decir que no es que las personas favorecidas por la fortuna no deban sentir envidia de los demás y que las menos favorecidas sí puedan experimentarla. La envidia no es así. Es como un tumor en nuestro interior, que nace a su antojo, en algún lugar desconocido por nosotros, y, sin atender a razones lógicas, se va desarrollando deprisa. Y, por más conscientes que seamos de ello, no podemos detenerlo. Y no es que la gente afortunada no tenga tumores y que a la gente desgraciada le salgan con facilidad, ¿verdad? Pues es lo mismo.
Es muy difícil de explicar a una persona que nunca la haya sentido. Déjame decirte solamente que convivir, día tras día, con la envidia no es nada fácil. En realidad, es como ir acarreando contigo un pequeño infierno.

Haruki Murakami
Sauce ciego mujer dormida